miércoles, 15 de septiembre de 2010

Soy...

Soy el delirio plástico de un esquizofrénico ahogado en una taza de té. Soy el oasis de la imperfección ficticia... por ahora. Soy el sol rojo que ilumina los ojos secos de maniquíes que saborean la marcha nupcial. Soy el sonido triste de unas cuerdas eternas que se desafinan al mirar el Paraíso… de estupefacción. Soy la Luz que confunden con tinieblas. Soy la risa del mar cuando acorteja mi excitación. Soy las teclas de un piano sin final cuando el niño genio de Mozart duerme en su esfera del olvido… que no existe. Soy el dueño del último sonido maldito que escuchó la oreja indómita de Van Gogh. Soy el terrón de azúcar que inventas cada día a tu suicidio continuo para endulzar tu infelicidad. Soy el erotismo de las montañas de tu mirada. Soy el lienzo donde se revela el espacio y el tiempo junto con la caricatura de la mortalidad. Soy Júpiter o Saturno, Urano o Neptuno que cuelgan de las manos de un títere de tres tiempos. Soy el croar acido de un rana musical que solo imaginas cuando estás solo para hablar con alguien. Soy hijo de la barba blanca del gran Dios cuando sonríe y cuando no… que no pasa; sonríe siempre. Soy la grieta perfecta entre el mar y el cielo que se escurre en el tintero de una malformación mental de un tal Hitler confundido. Soy las uñas de agua de un arte que domina la excitación pálida del público ebrio de hermosura. Soy los labios de tu entendimiento. Soy la linterna asfixiada que no deja respirar tu envoltura de razón cubierta de chocolate mal caminado: intuición. Soy las zapatillas de un viento bailando en el escenario dentro de tu boca seca admirando la danza de las palomas blancas. Soy la agudeza excelente del rey del soberano cazador de cuadros: un águila. Soy la plática que siempre tuviste con tu almohada fastidiada de tu cobardía mojada de lagrimas sabor a impotencia. Soy la herramienta que no posees aún por tu soberbia estúpida. Soy el color de las pupilas rosas de un dragón feliz. Soy el fuego de la flecha que cruza el horizonte avisando el inicio de una guerra: ¿Quién soy? Soy la tierra que relata los dedos de la Historia, tratando de conmover tu incomprensión del único regalo que llevas en las manos: el Ahora. Soy el aire que respiras para sentir que estás vivo y jamás morirás… cuando morirás y seguirás viviendo. Soy el agua que escurre de la charola brillante de la inocente luna, cansada de su nombre en tantos poemas, no respetan los derechos de autor porque no entienden que la dama de túnica nocturna no sabe de las Artes… ¡blasfemos! Soy los cuatro elementos unidos en equilibrio como se unen los siete portales infinitos de un poder al cual no respetamos. Soy el abanico de ciencias que alguna vez un tal Leonardo acarició. Soy las pestañas oscuras y tupidas de la locura con sabor a cuervo de Poe… No soy nadie… por eso existo.

sábado, 14 de agosto de 2010

¡Hey! ¡Tú! ¿Quién eres?


¡Oh, pero claro! Como quisiera que esa pregunta cuelgue de una nube, en el que todos la observen la cuestionen y me miren, me revistan con sus ojos atónitos, a este hombre-aspirador. No te engañes, no eres tú el que quiere el prestigio; lo quiere tu maldita vanidad vestida de niña inocente. O que pensar de esa mujer que se disfraza de blanco tan solo para ocultar su negrura asesina. No me lo vas a decir: la vanidad, así, tan grande, clava sus uñas, sus garras, en la piel santa de la sinceridad, la honestidad y la más importante y pura: la Humildad, con mayúscula. Verdadero reto supone; aquél que posea este último derecho-obligación-sabiduría puede ver debajo del pantano la vida acuática que algunos denominan Alma. La única verdadera. Y el que diga que no, es obvio: no lo ha descubierto.

Poco a poco, suponiendo que los ojos celestes me contemplan, crezco más y más. Mi escudo arrogante se hace mas denso a la vez que, mi Humildad, tímida, vuelve más firme el sistema inmunológico, listo para atacar esa aborrecida "inoculación".

A la vez, como explicaba, mi placer por la escritura maldita crece a zancadas de un leopardo. Así, si me permite la licencia la majestad de la velocidad, también se vuelve más feroz “contra” (entrecomillaré eso) lo planeado por el monstro de la incertidumbre, que me visita cada que puede. Aunque sé que si me viera Poe a través de sus letras Locas se reiría tanto de mí, tanto, como hundieron a Verne en un escritor para la juventud. Si él tan solo supiera que comparto la misma garantía subterránea, como viajar al centro de mi propia Tierra, donde se esconde mi Secreto. O como decirle a mi Destino que ayudaré al mundo, si el que me debe susurrar es él. Como saber que podre continuar la labor de tantos que han pasado por este bendito salón de clases llamado Tierra. ¿En que banca me sentaré yo? Ojala que sea en una donde aprenda a transmitir el Mensaje, como Benítez.

Y a lo lejos se ve, y ya cerca se intuye, el olor de las Letras Mayores me propuso una cita. Y yo no decliné. El compromiso será fácil y sencillo: venderé mi talento, creo, a cambio de satisfacción. Un trueque que, espero, me hundirá en el lago de la grandeza-mínima. La de las “pequeñas cosas”.

¿Para qué?

Lo sé, lo intuyo. Será imposible medirlo en hectáreas, pero los resultados que tapizan el terreno a (un verbo de los majestuosos): Ayudar, es, sinceramente, infinito. Espero, de verdad lo deseo, cobijar la esfera de la necesidad y darle lo que piden, ¡lo que realmente piden!, los corazones de esta Humanidad agobiada. Tengo tanta prisa, y no sé porque, quizá porque pienso que el tiempo se derramara o porque las aspirinas del mundo se acabarán, provocando un atasco en la satisfacción, a dieta de estupefacientes, perecedera de todos los terrestres.

Empiezo un proyecto grande, tan grande, para mí, que me aterra. Pero después de todo es el mensaje de ese proyecto; “¿Qué te aterra?” El genero de la sombras se adjudica de mi placer y la demencia sin cabeza trata de asesinarme. Mi única defensa es relatarla; por eso el propósito.

Está bien, no me entiendas. No lo esperaba. Sólo lee estás letras como cuando comes mangares sin saber como carajo lo hicieron. Ignorantes “sabe lo todo”. Los necesita este Ignorante “sabe nada”. Sin ustedes, yo no avanzo. Esperen la entrada bestias, el piano sonará como señal, el de "Where Dragons Rule" Y ganaremos.¡Bestias bizarras!

"...así que se oyeron las trompetas y las banderas se revolvieron locas de emoción, traduciendo la entonación a español, inglés, francés, alemán, chino, y a cada raza, tribu y diferencia, como fuera posible, con tal de Transmitir la buena nueva. La gente aplaudió, entre el griterío y el Mundo, completo, subió al trono. Por fin, conforme, de lo que será una Felicidad inmortal."

“Desde tus ojos viviré y en mis letras lo rectificaré”



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lunes, 2 de agosto de 2010

El pañuelo de un charco perdido o “amor”

Y de pronto el recuerdo me atropelló. Y grité: basta de filosofía, teorías o consejos en este blog. ¿Qué hay sobre mí? Cuando nació esta página decidí desnudarme, sin el menor pudor, a lectores y cuan personas tropiecen. ¿Y luego?

Se acabaron las vacaciones, eternas, casi. Seguro que tuve más que los demás, después de aquellas noches, asesinas del sueño, después de aquellas lágrimas, asustado por mi futuro, después de esas almohadas, y testigos de excepción de este joven dominado por la incertidumbre, he aprendido a salir. No fue fácil. Pero si seguro. Ahora doy gracias por la posición en la que estoy; en paz, casa, escuela, familia, salud y un grano más, de experiencia.

Aunque lo olvidé, a propósito, el amor, el de pareja, es ahuyentado por el clima. Pues cómo no, si sus señales de humo son tan débiles que ni el más avisado lo halla. Es mejor así. Quizá el clima lluvioso, apaga fogatas, me abstenga de cometer un paso en falso y ahogarme en el mismo fuego del deseo, ¿o es que no he aprendido ya las consecuencias que tiene el amor cuando es tatuado en el alma? O de verdad soy ciego, o le temo al apego. Y el apego, como el premio del niño berrinchudo, termina lastimando a sus poseedores mas chiqueados, los que no comprenden que en este planeta todo-TODO- es efímero, excepción hecha de nosotros, se adueñan de sus cariños, placeres, posesiones, amores, miedos y sabe Dios a cuanto más se le puede desear, a precio caro: su propia existencia. Por eso he comprendido que el dar amor no es entregarle la existencia al otro, no, mas bien mostrársela para que la admire, para que la ame, pero siempre como seres individuales. ¿O sino no existiría el lazo de brazos al beber una copa?, sería entonces beber de la misma, y eso no es unirse, más bien “no existir”… ¿En que quedamos? ¿No que sin filosofía? Lo siento. A fin de cuentas yo solo me entiendo. Aunque me funciona. Espera ¿tú solo? No, por supuesto que hay bebedores del pensamiento que te comprenden. Aunque a fin de cuentas vomitemos nuestro licor y llegue la mañana con la cruda Vida de la práctica ardua y dura. La del experimento equivocado.

Por supuesto que mi necesidad le escribía a Cupido todas las noches. Hasta que me di cuenta que mi orgullo interceptaba las cartas y las rompía pensando “no lo necesito”. But… a pesar de todo me siento tan bien. Lo realmente difícil es leer las situaciones de la vitrina, sin poder escribir y mostrarle al mundo el maniquí que te gustaría ser.

Si tan solo pudiera arrancar los lazos negros de la necesidad y ser libre de leer en los aparadores de los demás, aconsejar y escuchar, sin pretender ser el modelo de la tienda, sería feliz. Pero el pospretérito y el ante pretérito sólo existen en Gramática. Estúpido orgullo.

miércoles, 7 de julio de 2010

Una Duda sabor a chicle.


-¡Padre!-me llamó-¡Papá! Ven aquí…
-¿Que pasa, Jo?-Respondí algo intrigado por sus gritos.
-¿Qué rayos es esto?
-¡Oh…! Eso. Querido Jo: eso es una Duda.
-Pero es muy raro… las dudas son las preguntas, y sin embargo esas si las conozco. ¿Qué hay de diferencia?
-Son de diferente naturaleza, querido. La que acabas de descubrir es Fructífera.
-¿Qué significa eso?
-Mira campeón: Las Dudas Fructíferas son las que te hacen pensar, las que te encierran en una cueva de cavilación y tienen como fin el progreso, por muy temibles que se vean. Cuando estas atento a lo que te inquieta o buscas descubrir, dudas, y cuando dudas avanzas.
-¿Por qué?
-Se trata de un círculo, para variar. Es algo como: Duda, Mastica, Comprueba. La Duda crea el pensamiento, el pensamiento es analizado a fondo (Masticar), y terminas deduciendo de la única manera que se puede llamar efectiva: Comprobando. El que Duda de sí mismo, o de sus creencias, Piensa, Mastica las Sugerencias de su entorno y, como autentico valiente, Busca, ¿cómo? Comprobando. Sólo así se puede descubrir así mismo.
-Significa eso que si yo mastico chicle diario, comprenderé mis gustos por el sabor…
- Buen punto. Tendrás que Comprobarlo… Algo es seguro; el que mas Masca (Analiza) mas hambre tiene de buscar… y como dice tu madre: “El que busca encuentra”
-Entonces, ¿para eso vivo? ¿Para Dudar, Masticar y Comprobar?
-Vives porque es tu derecho. Por que es tu Regalo ¡Vamos, ábrelo! Cuando te decides a explorar la caja estas tomando el chicle, cuando lo desenvuelves lo mascas y a la vez que te das cuenta qué es y lo disfrutas, comprendes el sabor. Sólo así se puede Avanzar, bajo tu propio experimento-descubrimiento-experiencia.
-¿Pero que pueden hacer los que no les gusta Mascar, o peor aun, a los que le temen?
-Esos, viejo Jo, son los que aun no se han encontrado, y los que no han descubierto el Regalo que poseen. Se trata de un malentendido; aun no saben que les han regalado. Pero no por eso no gozarán de su derecho; simplemente lo abrirán después, bajo sus propios experimentos-descubrimientos-experiencias. No temas hijo, todos, por igual, terminaremos por encontrarnos. Pero bueno es aceptar el consejo de estar atentos.
-¡Claro… Masticar!
-Lo suficiente, tampoco abuses. Déjalo fluir, como el rio que desemboca con firmeza, déjate llevar. No vayas a desbordarte.
-No preocupes papá, tendré cuidado. Aunque me gustan los ríos salvajes.
-Jo…
-O.K. Ya. Tendré cuidado.

domingo, 4 de julio de 2010

"Alivio"

Bueno, después de un derroche de energía, realmente extremo, me he podido tranquilizar y respirar un poco de aire fresco- realmente poco joven bisoño, realmente poco.
Después de a ver desembocado ríos y ríos de adrenalina al Océano de la Presión, descanso un poco... ¿Quién no ha sufrido por un examen, y mas si éste define una parte elemental de tu futuro? ¡Es terrible!
La Responsabilidad me susurraba y me dictaba en enunciados enternos el futuro que “debe” ser. Y al punto, una gota de sudor recorría mi rostro pálido y mi piel nerviosa. “¡Tengo que pasar ese estúpido examen!” mi mente repetía.
Hace una semana presenté la dichosa prueba, que decidirá el ingreso al plantel que elegí, el siguiente nivel de educación. La adrenalina y la presión pasaron, pero me temo que ahora viene la peor parte... ¡esperar!
Espero tener un buen resultado, como también espero no suicidarme comiéndome vivo; la ansiedad es tremenda, pero confío en mi buena estrella.
Por otra parte mi computadora, tonta maquina, no sirve y eso me ha bloqueado subir mas entradas en este su afable blog.
Trabajaré por subir mas seguido, un saludo a los que me comentan.
Al menos me recuperaré por un tiempo, en estas benditas vacaciones, del descargue físico...
¿No es horrible? ¡Detesto los exámenes!

miércoles, 9 de junio de 2010

Rareza…


Una palabra peculiar. Cualquier epíteto que la intente sustituir sería equiparado, totalmente, como un niño homosexual; no cumple lo establecido y ofende grotescamente los principios. Cuando las personas señalan con ímpetu y catalogan con esta palabra a “aquél” abren lo ojos como platos, se quedan amarillos, o sin color, y el susto los sopapea, sorprendidos de como una desconsiderada extravagancia asesina a lo que, supuestamente, está establecido.

Anhelo, con el brío que distingue al buscador, pulverizar el sistema robótico que ata la liberación… ¡emanciparme! Pretendo guiarme como la intuición “preceptúa” y no como “dicen”. Estoy cerca, escabullo las pinzas lo más que puedo, creo que está en alguna parte del hemisferio izquierdo, muy escondido al parecer.

Ser “raro” significa ser distinto, huir, con rapidez, de lo impuesto, ser la diferencia, ser TÚ, no como “ellos”. Los raros son valientes; se equivocan los que reprueban a éstos. No conocen, o no quieren conocer, el ilustre coraje que desempeña el bracear en otra corriente, que no en contra, que la que todos han conocido por centurias, y en su propia almadía, además. No depende de su futuro, más bien de su satisfacción, como el que escribe.

Irrazonable es el hombre extraño, cuestiona todo la mayoría del tiempo, es un niño “incorrecto”, según dicen los demás. Es un maleducado; no conoce la tesis grupal, y si así fuera, se burla de la ignorancia que le regala. Su amor por la singularidad y la diferencia crece en formidables zancadas, creando un monstruoso mundo tan grande como su demencia.

Es vivir en la sombra, es vivir en al luz, es no existir, es ser ciego, es ser impulsivo, es analizar lo que nadie jamás veía o no quería ver. Es enamorarte de las cosas que atemorizan a los demás o detestar lo que anhelan; es perseguir un sueño distinto. Imaginar “mares” que enloquecerían a los “cautos”, que yo llamo cobardes. Saber que también eres susceptible a una enfermedad psiquiátrica… devorando la idea como un mangar excentrico. Es bailar entre el terror o reír en descontrol. Es ser un titán, un extranjero. Saborear el sonido de los murciélagos o retar la mirada del búho perverso. Acariciar la muerte o tomar un té con el sufrimiento. Escribir maldiciones o abrazar al fuego. Volar entre las gaviotas que devoran cuervos.

Es el erotismo de Rubén Darío, los cantos de Isidore (o El conde de Lautreamont), el trastorno de Howard Hughes, los niños de Bruno Amadio, y, por supuesto, la “maldición” de mi amado Poe, entre algunos locos-genios-malditos.

La rareza es excepcional, naturalmente. Aquellos que algún día logren “asustarse” con el placer que otorga, caerán a los pies de la oscuridad para comprender el lado que nadie quiere conocer. La vida de los “locos” (por voluntad) no es más que un capricho de su excitación emocional, sólo un delirio de rareza…

martes, 1 de junio de 2010

El arte del recuerdo


¿Olvidar? ¿Perdonar? ¿Miedo de recordar?

En los “pocos” años que he vivido, he escuchado con regularidad las clásicas frases: “Ya olvídalo” “No lo puedo perdonar” “Tengo miedo de hojear el pasado”… Y me he preguntado; si somos los “únicos” seres de este mundo con la capacidad de “razonar” mediante un cerebro más que excelente, ¿Por qué queremos excluir la memoria del deber que se le ha sido impuesto? ¿Entonces sería correcto eliminar la creatividad, el aprendizaje, las emociones o hasta la escritura que nos otorga este magnífico miembro, sólo porque no somos buenos en éstos o porque tememos a lo que puedan causar?

Según la psicología; la memoria es la capacidad de almacenar, retener y recordar información… ¡que gran servicio! Y lo calificamos tan erróneamente.

El pasado, los errores, el dolor, el sufrimiento, las caídas… son cosas que nos atormentan, odiamos y sentimos que nos destruyen, por eso tratamos de jamás recordarlas. Si la memoria almacena información. ¿Para que la necesitamos? ¡Nos atormenta!

¿Entonces…?

¡Hay que usar la memoria! Me explico:
Observar al niño que aprende a caminar. Si éste cae y se vuelve a caer experimentará el error y por ende el dolor. Pero si es capaz de usar el recuerdo, y evita el paso en falso que lo llevo a la derrota, lo superará y dará dos, si se vuelve a caer, volverá a levantarse y recordará de nuevo, dará tres… ¡mira, el niño esta caminando!

Es absurdo olvidar, es mejor recordar para analizar y aprender. Una persona me dijo que el no enfrentar el pasado es como tapar un hoyo con una sábana; sabes que esta ahí, temes levantarla y en cualquier momento puedes caer. La solución es levantar esa sabana que te atormenta y llenar el vacio que se presenta. El usar la memoria es recordar, el que recuerda aprende de sus errores, el que aprende de sus errores… ¡camina!

Si dices que perdonas pero recuerdas con rencor lo que te han hecho, no estas perdonando realmente. Perdonar es casi un "deber", el que perdona comprende y el que comprende es un gran sabio. ¿Entonces qué es perdonar realmente? Perdonar es recordar el hecho para estudiarlo y comprenderlo, saber que la persona que te hizo algún mal fue porque ésta consideró que era lo mejor para su persona. “Pero no se fija en mí, qué no ve que estoy sufriendo” El rencor y el reproche que guardamos en esa frases son peligrosísimos; estamos criticando e injuriando contra esa persona, y lo hacemos porque creemos que la venganza es lo mas conveniente para nosotros y, ¡oh sorpresa! somos igual a esa gente que nos daño; un circulo vicioso. Por eso Analizar, con todo el sentido de la palabra, nuestro pasado es comprender el porqué del presente. Cuando penetres en el ayer, observarás cosas y entenderás acciones de la gente, y al comprenderlas, estarás perdonando y romperás el dañino ciclo que te ata. El día que ocurra, el “recuerdo resentido” cobrará valor y se convertirá en el “recuerdo instructor” que te ayudará a avanzar, y la libertad te acariciará.

Si te aventuras en estas reflexiones verás que el olvido es sólo la palabra con la cual se describe el “descuido”. La memoria es un regalo… ¡ábrelo!

Espero ayudar a estimular lo espléndido que es la evolución. Mi único deseo es reforzar el corazón para el diario vivir. ¡Sigue ascendiendo!

Un saludito y que tu día sea placentero.
(Sonrisa)

Ven Saac.